Sanpaku es una palabra que en idioma japonés significa “tres blancos” y define aquella clase de ojos donde la esclerótica (parte blanca del ojo) es evidente ya sea en la parte inferior o superior, entre el iris y el párpado.
Dice que leyenda que aquellas personas que tienen ojos sanpakus están malditos, mueren a temprana edad y de figura gran cantidad trágica. asimismo de un deceso horrible, el individuo está condenado a tener una vida llena de vicisitudes, pues es incapaz de reaccionar de figura adecuada ante situaciones complicadas de la vida cotidiana.
Por ejemplo: no tiene buenos reflejos cuando le sucede un incidente, o no es capaz de presentir el peligro. Cosas como estas le abrían sucedió a personalidades como John F. Kennedy o Diana, princesa de Gales.
En un abordaje un poco más “apegado a el saber”, varias fuentes suelen relacionar el sanpaku con un “grave estado de desequilibrio espiritual y físico”. El texto“SOIS TODOS SANPAKU” escrito por George Ohsawa, creador del sistema de enseñanzas conocido con el nombre de“macrobiótica”, fue responsable por aterrizar el concepto en el planeta occidental. En la obra se asevera:
“Los sanpakus pierden contacto con su ser interior, con su cuerpo y con las fuerzas naturales que rigen el cosmos. La sintomatología del sanpaku puede reconocerse en un cuadro de cansancio crónico, libido reducida, reflejos pobres, mal humor, insomnio y falta de precisión en los pensamientos y en las acciones. La macrobiótica es una figura sencillo y natural de hacer una corrección a la peligrosa condición sanpaku para crear un estado permanente de buena salud, armonía y bienestar, tanto interno como externo”.
Uno de los símbolos más famosos de la francmasonería, el Ojo de la providencia, es un sanpaku.
Estas son algunas celebridades con sanpaku que murieron de figura terrible, la mayoría a muy temprana edad.
Freddie Mercury, Robert F. Kennedy, Diana de Gales e Indira Gandhi
Michael Jackson, John F. Kennedy, John Lennon
¿Será verdaderamente una maldición? ¿Un reflejo del estado espiritual de la persona? ¿Acaso nuestro destino está escrito desde el nacimiento?