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La cronica de Jaqueline comienza en 1980: en aquel tiempo vivía en Manchester (Inglaterra) con su primer esposo, Ron. En una pelea – de las que eran gran cantidad habituales en la relación – la doncella le gritó a su esposo:“¡Espero que te rompas el cuello!”. Y, efectivamente, luego de que el hombre saliera del hogar en su moto, sufrió un incidente que resultó en una fractura de la columna vertebral. Ron quedó en estado de coma y murió un mes después, dejando a Jaqueline viuda… y con una horrible sensación de culpa.
Fue por lo tanto cuando los acontecimientos insolitos empezaron a suceder. Un par de días luego de la trágica noticia, uno de los bombillos en la morada de Jaqueline explotó, cortando su brazo con un trozo de vidrio. Aunque en este momento la doncella atribuyó el fenómeno a un inconveniente en en funcionamiento del bombillo, el posterior daño de la aspiradora no pudo ser explicado tan fácilmente – y menos cuando el técnico no localizó ningún inconveniente en su funcionamiento. Y, no había pasado una semana cuando otro bombillo explotó. Jacqueline llegó a convencerse de que el fantasma de su esposo estaba en la casa, castigándola por sus acciones.
La solución de la doncella fue mudarse, pero esto no la libró de los sucesos. Los daños eléctricos parecían seguirla: sus electrodomésticos sufrían cortos circuitos de la nada y su presencia interfería con la señal de la televisión. Inclusive, podía sentir cómo sus movimientos cambiaban los canales del radio sin que nadie lo tocara. Jacqueline empezó a pensar que quizás no se trataba de una presencia fantasmal, que quizás ella era el origen de estos fenómenos misteriosos.
El tema llegó al nivel de que algunas tiendas empezaron a prohibirle la entrada, pues era conocido que emitía pequeñas descargas que confundían las máquinas y hacían que ningún trabajador quisiera darle la mano. Como para darle un toque pintoresco a su cronica, Jacqueline se casó con un electricista, pero los acontecimientos no cesaron.
Jacqueline empezó por lo tanto a ser presa de la depresión: tanto los expertos investigadores como los psíquicos fueron incapaces de encontrar una explicación al fenómeno, y la doncella empezó a contemplar seriamente la posibilidad de suicidio. se dice que en una de sus entrevistas un reportero la consideró un engaño, lo cual enfureció a la doncella… e hizo que la aspiradora estallara en llamas.
Al final, su esposo invitaría a un maestro universitario que confirmaría sus sospechas: la electricidad estática que emanaba del cuerpo de Jacqueline era demasiado más alta que la de una persona normal y rondaba unas 10 veces el promedio. El maestro le recomendó una especie de “terapia” que involucraba caminar alrededor de la casa, mantener una dieta especial,sostener cebollas para liberar algo de la electricidad acumulada y tocar unos “polos a tierra” que su esposo había ubicado alrededor a su hogar. Esta terapia disminuyó demasiado los síntomas y le consintió a la doncella, por fin, tener una vida normal.

En 1985 Jacqueline dio a luz a una reducida que pareció heredar las capacidades de su mamá, al dar un toque eléctrico a una de las enfermeras. en cambio, los acontecimientos no han vuelto a repetirse.
conforme con varias fuentes, la condición de Jacqueline no es tan extraña como uno creería y se denomina Síndrome de Alto Voltaje (HVS por sus siglas en inglés). ¿Cuáles son las causas de este fenómeno? Y en el suceso de Jacqueline, ¿Por qué empezó a presentarse luego de la muerte de su primer esposo?
Seguramente jamás sabremos la contestación a estas cuestiones, pues el asunto es considerado por demasiados investigadores como una ficción y es poco lo que se ha investigado sobre él
La entrada Jaqueline Priestman, la Historia de la Dama Eléctrica se publicó primero en Mundo oculto.