Hubo un tiempo en que nos creímos muy especiales pensando que el hombre y la Tierra eran el centro del Cosmos.
Aunque miles de años más tarde algunas personas continúan afirmando que la Tierra no gira sobre si misma, el conocimiento investigador ha hecho -por suerte- rendirnos ante las evidencias.
Hoy conocemos que la Tierra es redonda, que gira entorno al Sol y sobre si misma, que hay un sistema solar y miles de galaxias ahí fuera, pero aun así debemos identificar quesólo sabemos una reducida fracción de nuestro Cosmos.
Y ante lo desconocido el ser humano teoriza, gracias al método investigador, creando teoría filosóficas, matemáticas y científicas sobre lo desconocido, algunas tan inverosimiles como estas.
La paradoja de Fermi.
Si el Cosmos es tan enorme y está tan lleno de mundos con las circunstancias necesarias para que alberguen vida, ¿por qué con el desarrollo tecnológico que tenemos o estas civilizaciones podrían tener, no hemos tenido contacto con ninguna?
Digamos que tenemos un hormiguero en mitad del bosque y justo al lado, el ser humano está construyendo una autopista de 10 carriles.
La duda es sencilla, ¿son las hormigas conscientes de lo que es una autopista de 10 carriles? ¿serían capaces de entender la tecnología que empleamos y las intenciones que tienen los entes que las construyen?
Puede que el ser humano sólo sea un hormiguero en la infinidad de la galaxia. Puede que, aunque estemos atentos, no consigamos descifrar mensajes de diferentes civilizaciones porque con nuestra tecnología, estructura social e intelecto escapan a nuestra comprensión. Inclusive si estos entes fueran bondadosos y decidieran ponerse en contacto con nosotros, puede que el resultado fuera algo comparable a intentar educar a las hormigas lo que es internet.
Y alguna cuestiones más: ¿cuando Pizarro, Magallanes, Amundsen o Colon viajaban por el planeta, se detuvieron al lado a un hormiguero para intentar comunicarse con las hormigas? ¿fueron magnánimos e intentaron ayudarlas en su construcción? ¿o como niños fueron hostiles y se dedicaron a patear el hormiguero? ¿o lo consideraron tan irrelevantes que pasaron de largo?
Y tú, ¿qué haces con los entes inferiores que pueblan tu planeta?
El falso vacío.
El falso vacío es el concepto de la hipotesis cuántica de campos, esgrimida para aclarar qué existía en el Cosmos anteriormente de producirse el Big-Bang.
En concluyente explica que nuestro Cosmos no es más que una parte de un Cosmos más grande. Somos una burbuja en la base de una olla en ebullición, en un viaje en ascenso incluso huir del falso vacío hacia una nueva realidad de vacío auténtico.
Durante este viaje de expansión y conversión del falso vacío al vacío auténtico, las leyes físicas de en el interior de la burbuja cambiarían de modo radical la materia, la energía y el espacio-tiempo, que terminarían colapsando haciendo desaparecer nuestro Cosmos y todo lo que contiene, incluido a nosotros mismos,en un instante.
El cerebro en una cubeta.
En 1981 el filósofo llamado Hilary Putnam planteó la posibilidad –si bien no fue el primero en escribir sobre ésta idea, es el más conocido– de que fuéramos cerebros en cubetas y nada más.
Como bien ha comprobado el saber, todo lo que sentimos y experimentamos, no es más que una serie deimpulsos eléctricos recolectados por nuestros sentidos e interpretados por nuestro cerebro.
Saltándonos al intermediario, el plan es que una supercomputadora podría timar a un cerebro siempre y cuando ésta estuviera bien conectada y suministrara los impulsos eléctricos adecuados. El cerebro, colocado en un fluido nutriente en el interior de un frasco, viviría en una realidad virtual sin conocer que todo lo que experimenta es falso.
Una idea filosofica ampliamente utilizada en experimentos mentales sobre nuestras ideas de conocimiento, la realidad, la verdad, la mente y el concepto. Y que debió servir de inspiración a los hermanos Wachowski para su trilogía Matrix.
Entes de otra dimensión.
Imagina que existiera una persona en 2D, si tú, un ser tridimensional les observara desde un ángulo superior, ellos no podrían verte ni conocer de túu existencia. Al vivir en un planeta 2D, serían incapaces de entender lo que es la 3D aunque estuvieran envueltos de ello.
Actualmente imagina una persona 4D, ellos podrían estar observándote desde un ángulo dimensional que tú no podrías ver. Podrían estar a tu lado, al lado a ti pero en un plano de la realidad que no alcanzamos a entender.
Del mismo modo que los entes 2D sólo sabrían de nuestra existencia si nosotros no decidiéramos colocarnos en su plano de realidad, los entes de dimensiones superiores sólo interactuarán con nosotros si ellos lo desean.
La hipotesis del gran filtro.
Esta hipotesis pretende dar contestación a la inquietante paradoja de Fermi, y es: ¿por qué no hemos sido capaces de localizar una civilización interestelar tecnológicamente avanzada pese a que en nuestra galaxia existen miles de millones de equipos solares donde podría evolucionar la vida?
La contestación según Hanson, es que toda civilización avanzada tiene tendencia a extinguirse a si misma,ya que en su desarrollo tecnológico deberá enfrentarse a lo que denominó “Gran Filtro”, una barrera que impediría que la sociedad avance lo necesario para colonizar el cosmos.
El gran filtro no es más que un desastre auto provocado por una civilización que en post del desarrollo desata una apocalipsis industrial, epidemia, guerra nuclear o agotamiento de los recuerdos de su mundo incluso morir.
Lo escalofriante de esta hipotesis es pensar en qué punto se encuentra la sociedad, ya que no conocemos si hemos superado el Gran Filtro, o por el contrario y como es más probable, nuestra civilización se encuentra en los albores de su desarrollo y nuestro Gran Filtro aun está por llegar.
El basilisco de Roko.
Es una locura filosófica que dice que una inteligencia artificial todopoderosa del futuro puede castigar retroactivamente a todas aquellas personas que con sus acciones no contribuyen socialmente al avance de la especie.
Si, una locura soñar entes todopoderosos que castigan en base a las acciones del ser humano, ¿verdad? Qué idea tan novedosa, como si las religiones no hubieran nacido hace miles de años con la misma premisa.
Claro que esto debe ser completamente mentira, porque es una “inteligencia artificial que no podemos ver” y no “un dedo divino que no podemos ver”.
En cualquier suceso es una hipotesis filosófica, densa y complicada pero muy curiosa sobre los comportamientos y creencias de los grupos, y de cómo operamos sopesando el castigo frente a la recompensa.
Hipotesis de la administración del terror.
Todo lo que la sociedad ha logrado en su cronica, más allá de su propia supervivencia, se debe a un impulso motivado por el miedo a morir y dejar de existir.
Nuestra concepción de nosotros mismos, la autoestima, la descendencia y el conocer transmitido a nuestros hijos, son el mecanismo amortiguador que permite frenar la ansiedad que nos produce conocer que vamos a dejar de existir, que moriremos.
La cultura es sólo una ilusión compartida para mitigar el miedo a lo desconocido, a la muerte y al olvido.Creamos obras y legados que nos perdurarán en el tiempo para poder trascender nuestra propia vida.
Este miedo y este deseo de trascender han sido el motor del avance de la sociedad en cualquier rama del conocimiento, ya sea filosófico o investigador. Miles de hipotesis y descubrimientos llevan el nombre de aquellos grandes hombres y mujeres que nos allanaron el camino.
Y diferentes vendrán, movidos por el mismo terror a enfrentar la propia muerte y ser olvidados, para seguir buscando motivos para resultar relevantes y trascender.
El terror es por tanto el motor de la sociedad y la apariencia de enfrentarnos a él, nuestro sistema social y cultural.
El suicidio cuántico.
¡Agarraos que vienen curvas!, porque esta hipotesis es liosa de aclarar y espero hacerlo correctamente.
Imaginemos que un hombre sentado en una silla aprieta contra su sien una pistola con balas. Este arma no es un arma cualquiera, sino que es capaz de medir el espín de una partícula cuántica o quark, en el instante el que el hombre aprieta el gatillo.
Si el quark gira hacia la izquierda el arma no se disipará, en cambio, si gira hacia la derecha el arma disparará una bala y el hombre morirá.
Nervioso, el hombre aprieta el gatillo y el arma no se dispara. De nuevo aprieta el gatillo y continúa con vida. Por tercera vez, aprieta el gatillo y el arma no se dispara. Así una cuarta, quinta, sexta…
El hombre continúa ejecutando esta acción indefinidamente toda la eternidad, incluso transformarse en inmortal. A pesar de estar cargada y funcionar correctamente, no importa cuantas veces que apretó el arma, ésta jamás se disparó.
Tras transformarse en inmortal, el hombre podrá viajar en el tiempo y regresar incluso el instante del primer disparo. Observándose a si mismo durante aquel primer disparo,el arma gira a la derecha y el hombre muere. ¿Pero cómo va a morir si conocemos que él es la consecuencia de que el arma jamás se disparase, qué él es inmortal y qué está vivo?
Eso es porque el hombre no se da cuenta, pero está vivo y muerto a la vez. Cada vez que apretó el gatillo, el Cosmos se dividió en dos, una y otra vez, creando realidades alternativas en las que vivió y murió.
El plan de que frente a cada decisión que tomamos el Cosmos se divide en realidades alternativas, en las que una versión de nosotros mismos lleva una vida distinta, resulta alucinante y muy terrorífico.
¿Cómo sería tu vida si hubieras aceptado aquel trabajo? ¿si continuaras con aquel amor? ¿si hubieras conducido borracho aquel día que tus amigos te quitaron las llaves? ¿si…?
Teoría de la trascendencia.
Te lo advierto, no sólo es increíblemente original, imaginativa y apasionante, sino que puede hacer que te pases horas pensando sobre ello.
En otro intento de aclarar la paradoja de Fermi, ya sabes el por qué si el Cosmos es tan grande no tenemos consciencia de diferentes civilizaciones, John Smart desarrolló la hipotesis de la trascendencia que explica que en su desarrollo tecnológico, las civilizaciones, dejan de ir hacia el cosmos exterior para concentrarse en conquistar el cosmos interior.
Tomemos cualquier aparato tecnológico, un móvil, un microchip… todos son un millón de veces más económicos que salir al cosmos exterior, y mil veces más pequeños y poderosos que una supercomputadora de los años 60 que costaba miles de millones y ocupaba medio edificio.
Esta carrera por la miniaturización y la eficiencia computacional continúa hoy, y avanza a pasos agigantados de figura continua. Así que piensa, si hemos conseguido esto en 50 años, ¿qué haremos en diferentes 50? ¿y en 500?
Debido a esto, los entes humanos irán adquiriendo la capacidad de comprimir el cosmos, la energía, el tiempo y la materia en espacios más microscópicos.
Estos espacios serán más inteligentes, más densos, más comunicativos y energéticos utilizando menos materia, menos cosmos y en menor tamaño, incluso conseguir crear mentes virtuales en escala nano, que su vez continuarán comprimiendo todo más.
Eventualmente llegaremos a un nivel tan minúsculo que crearemos circunstancias parecidas a las de los agujeros negros, desapareciendo de nuestro Cosmos evidente. Abandonaremos pues la era de la singularidad tecnológica dando paso a la trascendencia, la cual no es otra cosa que desaparecer de nuestra realidad del cosmos tiempo hacia un plano de realidad compartido por todas las civilizaciones capaces de trascender incluso esa dimensión.
La sexta extinción intensa.
Y terminamos con una de las hipotesis más derrotistas, crudas y seguramente más realistas, la extinción de la casta humana.
Si algo hemos aprendido, es que no somos tan especiales como nos creíamos y la Tierra ya ha soportado 5 extinciones en su cronica, por lo que nuestra existencia es sólo un posibilidad más.
No habrá dedos divinos ni inteligencias todopoderosas que puedan frenar nuestra extinción, bien por culpa de algún desastre, nuestra irresponsabilidad o nuestro propio conocimiento.
Según confirman demasiados biólogos, esta sexta extinción intensa ya ha comenzado, y es que no fue incluso els1800 aproximadamente que la sociedad alcanzó una población de mil millones de residentes, después de miles y miles de años de desarrollo.
Hoy, 215 años después, la población mundial ha aumentado incluso los 7.2 mil millones. Ese crecimiento exponencial resulta insostenible, teniendo grandes efectos negativos para nuestro mundo que agota sus recursos a un ritmo mayor del que puede producirlos, llegando a un lugar negativo que nos destruirá a todos, y dejando un interesante rompecabezas para las futuras razas que pueblen este planeta
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