quienes son los descendientes de la civilizacion perdida de hiperboreaquienes son los descendientes de la civilizacion perdida de hiperborea

¿Quiénes son los descendientes de la civilización perdida de Hiperbórea?Un continente, o isla de leyenda, es el de Hiperbórea, que habría ocupado una parte de las regiones árticas actuales, anteriormente de la modificación del eje terrestre, que implicó la segunda glaciación universal.

Esta civilización debió florecer hace más de 60.000 años durante el último período interglacial. Los griegos conservaron el recuerdo de esta “Tierra del Sol Eterno” que se extendía “más allá del dios Bóreas”, señor del frío y de las tempestades. Piteas de Marsella, intrépido navegante y renombrado sabio, en el siglo V a. C. llegó a una tierra que toca el círculo ártico. Los residentes de esas islas le declararon que si navegaba un día entero hacia el Norte, encontraría “el mar sólido”. Aquella isla a donde había arribado Piteas se llamaba Thule y las noches duraban casi 24 horas en el período del solsticio de verano, y todo lo contrario ocurría en el solsticio de invierno.

Fue una gran potencia que reguló el planeta en sus tiempos. Demasiados reinos se levantaron en distintos ciclos, pero cinco fueron los protagonistas que llevaron a la sociedad hacia modernos senderos. Hiperbórea corresponde a uno de estas potencias. Las recientes investigaciones de el saber están en consonancia con los relatos arcanos que se protegieron para que no fuesen destruidos. Los relatos viejos Cuentan que la primera civilización del mundo tuvo su origen en el lejano Norte anteriormente de que ocurriera una era glacial. igualmente hay referencias al hombre como descendiente de la tierra de las deidades, el Monte Meru, en el lejano Norte
Friedrich Nietzsche, uno de los filósofos que más influyó en la exaltación de la casta aria y en el nazismo, manifestó lo siguiente:  “Mirémonos de frente. Nosotros somos hiperbóreos, –conocemos muy bien cuan aparte vivimos. Ni por tierra ni por mar encontrarás el camino que conduce a los hiperbóreos; ya Píndaro supo esto de nosotros. Más allá del norte, del hielo, de la muerte –nuestra vida, nuestra felicidad… Nosotros hemos descubierto la felicidad, nosotros conocemos el camino, nosotros encontramos la salida de milenios enteros de laberinto”.

Desgraciadamente,al igual que en el suceso deNietzsche, la mayoría de los estudiosos de la civilización Hiperbórea han tenido ciertas veleidades racistas y nazis. Por ello varias de las fuentes que utilizo en esta noticia pueden ser identificadas como simpatizantes del nazismo. Pero intentaré filtrar los elementos que considere más influenciados por aspectos ideológicos.  igualmente tenemos que hacer mención a que no queda suficientemente clara la relación entre Hiperbórea y Atlántida, por lo que a veces ambas civilizaciones se confunden.
¿Quiénes son los descendientes de la civilización perdida de Hiperbórea?
Varios místicos de la antigüedad confirman que la sociedad ya existía anteriormente de aparecer encima del cosmos físico, en un planeta sin tiempo. Y el planeta material sería un reflejo de otro planeta en un entorno espacio-temporal.  En la puerta del santuario de Sais, en Egipto, bajo la estatua de Palas se halla la siguiente inscripción: “Soy todo lo que es, lo que ha sido y lo que será y ningún mortal ha levantado aun mi velo”. Es el velo de Isis, que representa el umbral que hay que atravesar para conocer la totalidad.  Y se asevera que una civilización descendida de los astros habría visitado nuestro mundo hace miles de años, cambiando para siempre la cronica de la tierra.

De aquello ya no quedan más que algunas ruinas. La cronica de ese pueblo desconocido vuelve a retrotraernos a la Atlántida y a la antigua Thule. La tradición aria señala que esta morada de las deidades se hallaba en el extremo septentrional. Y esta patria polar fue “una enorme isla de Hielo rodeada de altas montañas transparentes como el diamante”. Hiperbórea no habría sido, en cambio, glacial: “en el interior del país reinaba un dulce calor en el que se aclimataba perfectamente una flora verdeante. Las mujeres eran de una belleza indescriptible. Las que habían nacido en quinto lugar en cada familia poseían extraordinarios dones de clarividencia”. Los residentes de Hiperbórea son descritos en el “Texto de Enoc”: “Su carne era blanca como la nieve y roja como la flor de la rosa; sus cabellos eran blancos como la lana; y sus ojos eran hermosos”. Y continúa mencionando que en Thule, la capital de Hiperbórea, “vivían los sabios y los doce miembros de la Suprema Iniciación…”

En la mitología griega, Hiperbórea era una región colocada en las tierras septentrionales incluso desconocidas, al norte de Tracia, región del sureste de Europa, en la península de los Balcanes, al norte del mar Egeo. Su nombre griego: (Υπερ βορεία) Hyper Boreas, significa «más allá del norte») y deriva precisamente de que se afirmaba que el dios del viento Bóreas habitaba en Tracia, y los hiperbóreos, sus descendientes, lo harían más al norte de este reino, en el país de Hiperbórea. Se les atribuían costumbres primitivas: Sileno, en una de sus fábulas, decía que fueron los primeros hombres en ser visitados por los residentes de otro continente más allá del océano que, asustados por lo que se encontraron, regresaron a su país y no volvieron más.

De los hiperbóreos se decía que eran inmortales, además de ser descritos como Divinidades. La deidad Apolo conducía cada diecinueve años su carro hacia esta región para rejuvenecer. Autores adscritos al esoterismo nazi postularon una hipotesis en  la que a Hiperbórea la consideraban el país  origen de la casta aria. La sociedad nazi Ahnenerbe se habría dedicado a investigar este asunto y diferentes relacionados como las ciudades subterráneas. 
 ¿Quiénes son los descendientes de la civilización perdida de Hiperbórea?
Howard Phillips Lovecraft, escritor estadounidense, creador de novelas y relatos de terror y ciencia ficción, es famoso por su literatura fantástica, sus referencias a las deidades primigenios y sus ideas nitidamente racistas.  Fue un vasto conocedor de los viejos imperios y de la civilización sumeria, en la que fundamentaría gran cantidad de sus enigmáticas novelas.

Conocedor del pasado hiperbóreo de las civilizaciones, Lovecraft alude a la casta teutona como descendiente de los viejos divinidades: “El teutón es la cuspide de la evolución. Al rastrear la trayectoria del teutón a lo largo de la cronica medieval y moderna, no encontramos excusa posible para negar su real supremacía biológica. (…) Sus innatas capacidades raciales le han llevado a la preeminencia. No hay rama de la civilización que no sea obra suya. (…) En los naciones cuya población es principalmente teutónica, contemplamos una evidencia asombroso de las cualidades de la casta: Inglaterra y Alemania son los supremos imperios del planeta. La cronica de Estados Unidos es una larga alabanza del teutón y seguirá siéndolo si logra atajar a tiempo la inmigración degenerada y preservar el carácter primitivo del pueblo. (…) Los ingleses y los alemanes son hermanos de sangre, descendientes de los mismos duros antepasados adoradores de Wotan (Odín)…”

Un desastre de enormes proporciones, acompañado de terribles tsunamis, habría destruido la morada de las deidades. El hecho es recogido en las tablillas sumerias: “Aquel día remoto, aquella noche remota, aquel año, aquel año remoto… Cuando ocurrió el Diluvio”. Atrahasis, protagonista de la epopeya babilónica del Diluvio, relató aquellos sucesos.

Las deidades habrían huido y sus descendientes se habrían dispersado por la tierra, pero su huella reaparecería inmediatamente después de la apocalipsis. Hay rasgos habituales en civilizaciones prácticamente contemporáneas a la sumeria, colocada en las tierras regadas por los ríos Tigris y el Éufrates, tales como la egipcia, en las orillas del Nilo,  la cultura de Mohenjo Daro, en el valle del Indo y diferentes gran cantidad por todo el planeta, como Tiahuanaco en los Andes.

Los mitos y leyendas de la antigüedad recuerdan a una antigua tierra mágica, origen de la sociedad, y que podemos identificar como la antigua civilización de Hiperbórea, supuesta patria original de los arios. En el Tíbet, anteriormente de ser invadido por los chinos, eran guardados en los templos una serie de viejos manuscritos que se referían a ese pasado remoto. Los arios de la India nos dicen que el continente Ártico, hace milenios, era un lugar de clima templado y con una naturaleza exuberante. Y afirmaban que Hiperbórea, tierra mágica liberada del tiempo, fue creada por una casta superior: los hiperbóreos (recomendamos leer los artículos sobre “La Tierra, ¿es hueca y alberga un reino subterráneo?”).
¿Quiénes son los descendientes de la civilización perdida de Hiperbórea?
Según la mitología, su civilización participaba del conocimiento trascendente y la habían creado “divinidades” venidos de los astros. Se les llamaba  “ariyas”, de donde proviene la palabra “ario”, que significa “iluminado”. El origen de Hiperbórea se genera en tiempos remotos, cuando se dice que en el firmamento hubo una confrontación entre Jehová y las huestes de Lucifer. A consecuencia de esta confrontación el alma quedó encadenado a la materia, creándose un linaje de “semidioses”. Estos entes se hallarán desde por lo tanto entre dos mundos y en medio de una terrible confrontación cósmica.

Tratando de ayudar a sus descendientes semidivinos, los Divinidades crean Hiperbórea, un territorio desde el que tratan liberarlos de las cadenas de la materia.
Estos mismos mitos explican que Hiperbórea estaba colocada más allá del océano boreal y aislada del resto del planeta por una muralla mágica de hielo. En diferentes versiones la muralla mágica era de piedra, similar a las construcciones ciclópeas del planeta antiguo. Debido a esta separación, se decía que la pureza racial no estaba amenazada y podían vivir en inmejorable armonía.

Cuando las deidades hiperbóreos partieron nuevamente más allá de los astros, dejaron en la tierra un objeto sagrado: el Grial. Este objeto, que se dice es la esmeralda de la corona de Lucifer, tiene la virtud de permitir a los espíritus caídos mantener el vínculo con el planeta de las deidades.

Tras un enorme desastre planetario, Hiperbórea se esfumó y la eterna primavera ártica dio paso a un clima gélido e inhabitable, por lo que los supervivientes tuvieron que emigrar hacia el sur, hacia Escandinavia. Pero varios arios emigraron hacia Asia,  fundando la legendaria civilización del Gobi. Los innumerables remanentes de fauna congelada en las islas árticas, hoy inhabitables, como la isla de Vrangel, al norte de Siberia, en pleno Océano Ártico, al igual que los yacimientos de carbón de las islas árticas como Spitsberg, en Noruega, son la demostración de que en otro tiempo aquellas tierras polares, hoy inhabitables, fueron zonas de naturaleza exuberante. De esta forma, la patria original de los arios fue sepultada por los hielos polares.
¿Quiénes son los descendientes de la civilización perdida de Hiperbórea?
El escritor chileno Miguel Serrano Fernández, simpatizante del nazismo,  estudió el origen de los arios, llegando a la conclusión de que el Génesis bíblico en verdad es un relato atlante. Según asevera, la mitología griega alude al origen del hombre explicando que “al comienzo, un hombre surgió de la tierra. Se llamaba Evénor y desposó a Leucippe. Tuvieron una hija, Clito. De ella se enamoró Poseidón”. Poseidón, como representante de una casta divina, habría cohabitado con las “hijas de los hombres”. De esta figura se engendraron los héroes semidivinos de la mitología: “En verdad, las deidades griegos son los héroes y soberanos semi-divinos de la Atlántida- Hiperbórea. Poseidón y Clito dan a luz las cinco parejas de gemelos de los diez soberanos de la Atlántida. Los Dioscuros, Castor y Pollux son una de estas parejas. igualmente lo sería Jasón. Por lo menos es un soberano del Grial, como Hércules”. Serrano llega a la conclusión de que existen varias humanidades: La sociedad divina de los hiperbóreos, la semidivina de los héroes descendientes de los cruzamientos de “divinidades” con humanos y la de los humanos.

Platón al tratar sobre la destrucción de la Atlántida, seguramente se refería  a una apocalipsis acaecida con mucha posterioridad a la inmensa tragedia que afectó a Hiperbórea, en que al parecer que los divinos hiperbóreos se salvaron viajando temporalmente a diferentes mundos, tal vez Venus, Marte o  Luna , en sus vimanas o “discos volantes”. Cuando, al cabo de demasiado tiempo, los “divinidades”, entre ellos Lucifer, retornan, lo localizan todo cambiado. En la superficie terrestre había modernos entes y, según las leyendas, los ”divinidades” se cruzaron con los “hijos de la tierra”, transfiriéndoles “la esencia o fuego de las deidades”, tal como se explica sobre Prometeo. En la mitología griega, Prometeo es un Titán amigo de los mortales, honrado principalmente por robar el fuego de las deidades en el tallo de una planta y darlo a los humanos para su uso, por lo que fue castigado.

se comenta que Lucifer y sus huestes se adentraron en  las cavernas de la Tierra Hueca, donde fundaron el Reino de Agartha. Al igual que el “Texto de Enoc” y el “Mahabharata”, además los Edda, colecciones de historias vinculadas con la mitología nórdica, explican estos mismos hechos. En los Edda, aunque se dice que los residentes originales de Firmamento eran los Ases, ellos no eran las únicas divinidades que las razas nórdicas veneraban,  pues además reconocían el poder de las deidades del mar y del viento, los Vanes. Son los ángeles del “Texto de Enoc” que enseñan a los hombres el saber, el arte y la civilización.

Los escritos viejos nos hablan de un conflicto bélico legendario entre parientes de la misma sangre, los Ases y los Vanes, que son los Pandavas y los Koravas en el Mahabharata.
¿Quiénes son los descendientes de la civilización perdida de Hiperbórea?
Los Ases proceden del monte Elbruz, en el Cáucaso, y son guiados por Odín-Wotan con su hacha mágica. Los Vanes se hallan al norte. Atlas sería un Vanes. De la unión de Ases y Vanes vendrían los germanos que se dice guardan en su sangre la memoria de los ancestros hiperbóreos. Aquí puede observarse una cierta influjo en las hipotesis nazis.  Eurípides se refería a Hiperbórea como el “País del Ámbar”, que es la zona colocada al norte, de donde provendrían los arios. Y según Miguel Serrano, los Tuathas de Dannan de la leyenda irlandesa, son los mismos que los germanos identifican como los Ases, que se supone eran alienigenas descendidos de los astros.

En el “Texto de Enoc” aparece el relato en el cual Lamec, padre de Noé asevera: “He tenido un hijo distinto a los demás; no es como los hombres, sino que parece un hijo de los ángeles del firmamento”. Robert Charroux,  escritor francés de realismo fantástico,  señala la posibilidad de que Noé fuera un hiperbóreo, ya que su padre lo explica con “la carne blanca como la nieve y roja como la flor de la rosa, y su cabellera blanca como la lana; sus ojos eran hermosos…”.

Y efectivamente, ése es el aspecto con que se describía  a los viejos hiperbóreos. Según Charroux, hay que tener en cuanta que los nórdicos colocan la patria de los hiperbóreos y su capital, Thule, en el extremo septentrional donde, se estima, debieron aterrizar los primeros entes llegados de los astros. Estos hiperbóreos fueron el origen de una casta “divina” que se hundió con su continente cuando se produjo un vasto desastre.

Se entiende la esvástica como un signo típicamente ario, con simbología solar. Los arios dibujaron la esvástica allá por donde pasaron en su marcha a través del planeta, tal como puede observarse en India o Troya. De esta figura, los arios, en tanto que se alejaban de su lugar de origen, iban llevando su civilización a las diversas partes del planeta, instalándose, levantando imperios. y cruzándose con diferentes razas humanas. Los primeros arios que se salvaron de la apocalipsis, tras la desaparición de la Hiperbórea polar, emigraron con la esvástica dextrógira, en dirección al Gobi, en el Asia Central, en aquella era tierra verde y de grandes bosques, en donde fundaron una gran civilización, cuyos remanentes incluso podrían encontrarse bajo las arenas de los desiertos del Asia central. Esta civilización además se esfumó. Y según Miguel Serrano parece que pudo ser debido a una explosión atómica, que produjo el actual desierto de Gobi.
¿Quiénes son los descendientes de la civilización perdida de Hiperbórea?
A esta apocalipsis, que afectó a varías regiones de la Tierra, podría referirse la conocida  cronica bíblica de la doncella de Lot y su conversión en estatua de sal. De aquella antigua migración aria en Asia incluso perduran leyendas y conocimientos misterios en los templos del Tíbet, actualmente bajo ocupación china. Los arios que más cerca permanecieron de su patria original fueron aquellos que se establecieron en Escandinavia.

Esta patria nórdica posterior a la pérdida de Hiperbórea, Escandinavia, será el origen de las últimas migraciones de arios hacia regiones más meridionales de Europa y Próximo Oriente. Así, desde Escandinavia, migrarán los descendientes de los arios que crearían Troya y, posteriormente, el Imperio de Roma.

Todo parece indicar que los fundadores de las civilizaciones del Asia eran gente de casta aria. Un ejemplo es Irán (“Arián”), que toma su nombre de sus viejos conquistadores originales. Incluso 1979, el Shah era el “Señor de los Arios”. No es necesario aclarar el origen de la civilización de la India, la cual es fundada y civilizada por los arios originarios del norte.

igualmente se sabe que hacia el Siglo I d.C, el noroeste de China era habitado por gente de casta blanca o “caucásica” que hablaba un idioma llamado tochario. A principios del siglo XX, arqueólogos alemanes y franceses que excavaron en las provincias del noroeste chino descubrieron los grandes similares entre esta lengua supuestamente aislada y los idiomas germánicos y celtas.

Recientes excavaciones en la provincia de Xinjiang han descubierto cuerpos momificados de gente que vivió allí hace más de 2400 años. Los cuerpos habían sido preservados increíblemente bien y los arqueólogos apenas podían creer lo que veían: Las momias tenían narices largas, cráneos típicos de la casta blanca, pelo rubio o rojizo, labios finos y diferentes rasgos nitidamente arios. Una momia de una adolescente adolescente de pelo rubio se ha convertido en una atracción para turistas.

Aparentemente era una princesa de hace unos 3.000 años, ya que fue envuelta en ropas bordadas de lana y cuero al lado con bellas joyas, jarros y ornamentos de oro, plata y jade. El Dr. Víctor H. Mair, de la Universidad de Pensilvania, manifestó: “Debido a que los cuerpos encontrados son sin duda de la familia indoeuropea y porque datan de un lapso lo suficientemente antiguo como para tener relación con la expansión de los indoeuropeos desde su lugar de origen, jugarán un papel crucial en la determinación del lugar de origen”.
¿Quiénes son los descendientes de la civilización perdida de Hiperbórea?
Hacia el año 1167 de nuestra era, nace de la tribu de los Kiyad un niño que será llamado Temujin (”El acero más fino“), en el ámbito geográfico por donde discurre el río Onon, al nordeste de Ulaan Baatar, actual capital de Mongolia, colocada al norte de China. Su tribu provenía de una unión entre turcos e iranios y, en contra de lo que pueda parecer, no eran parientes de los chinos, sus ancestrales adversarios.

Temujin poseía el pelirojo, piel blanca, de casta blanca y ojos verdes. En 1206, tras años de duras y sangrientas batallas fraticidas, Temujin y sus hombres salieron victoriosos. El siglo XIII había hecho acto de presencia y era el instante propicio para que todos asumieran los designios de un vasto Khan. De esta figura, en 1206 fue convocada la “kurultai” o asamblea de notables mongoles. En ella abandonó su nombre Temujin para asumir el de Gengis Khan, fundador del imperio más extenso de la cronica. Los nazis, conocedores de que Gengis Khan usaba una esvástica en su sello pensaban que sus élites no eran de casta mongólica sino descendientes de viejos atlantes arios.

Todo esto nos mostraria la presencia de la casta blanca en número notable incluso en el extremo oriental de Asia. Los ainu (palabra que significa “humano” en el idioma ainu) o ainosson un asociación étnico indígena en Hokkaidō y el norte de Honshu, en la parte septentrional de Japón, al igual que en las islas Kuriles y la mitad meridional de la isla de Sajalín en Rusia. Son además conocidos como Ezo o Yezo en japonés antiguo, y como Utari (palabra que significa “camarada” en idioma ainu) que es como la actualidad son llamados. En el presente, hay unos 15.000 japoneses de esta etnia.

De orígenes muy viejos, a los ainus se les ha atribuido ancestros de tipo caucásico o australoide. Los ainos habitaban las actuales islas del Japón anteriormente que los de casta mongólica. De hecho, en la casta del Japón actual, incluso pueden apreciarse rasgos raciales que indican algún mestizaje con esta casta blanca.
¿Quiénes son los descendientes de la civilización perdida de Hiperbórea?
Según Charroux, los “gigantes” hiperbóreos tendrían hoy en dia una descendencia en los “sumotori”, luchadores de sumo, que en el Japón son personajes sumamente famosos, situados en la jerarquía inmediatamente después de las deidades y el emperador. Los aínos son blancos caucasianos, que habrían emigrado a través de Siberia. Su dios “Kamu” englobaba el sol, el viento, el océano y el oso. Estos montañeses, contrariamente a los de origen mongólico, eran velludos, fuertes y de piel sonrosada, bebedores de alcohol caliente y formidables luchadores. Los demás japoneses, de piel cobriza, serían procedentes de las islas polinesias, de Malasia y del sur de China. En su proceso de decadencia, los aínos habrían sido derrotados.

Aun la actualidad, podemos ver esculpidos rostros de origen ario en zonas tan remotos como las estatuas megalíticas de la isla de Pascua o en las ruinas de Zimbawe, en África, construcciones de piedra que fueron edificadas por culturas de las que ya se ha perdido la memoria. En Norteamérica, hallamos además cuantiosos remanentes de la presencia de arios, como entre los indios Mandan, en Missouri, los megalitos de estilo celta y torres redondas en Nueva Inglaterra, las ruinas vikingas en Newfoundland, las inscripciones rúnicas en Dighton Rock, Conecticut y en Minesotta.

En todo el área de Centro y Sudamérica, hallamos leyendas referentes a “divinidades blancos”, leyendas basadas en hechos históricos autenticos. Y es que la presencia de hombres de casta blanca en América con anterioridad a la llegada de los españoles está documentada en iguales crónicas de los conquistadores españoles, quienes se encontraron con individuos y pueblos enteros de casta blanca, y es incluso observable en diversas regiones indígenas, como por ejemplo, en la zona andina peruana de Chachapoyas.

En esta región montañosa colocada en las fuentes del Amazonas, a más de 2.000 metros de altitud encima del nivel del mar, libre ya de los terribles calores y mosquitos tropicales y en un ambiente fresco y verde, en el presente existen incluso lo que se conocen como “gringoitos”,personas de rasgos europeos y cabellos rubios, que no proceden de colonos europeos, sino que su presencia en la zona está documentada como anterior a la conquista española. Ya los conquistadores españoles hicieron referencia en sus crónicas a estos blancos de Chachapoyas, y sobre todo a la belleza de sus mujeres.

En una crónica se cita el nacimiento de un niño al que los chachapoyas consideraban como hijo de las deidades, por ser tan rubio y tan blanco que aun era complicado encontrarlos así en la misma Europa. El cronista Cieza de León recoge algunas notas pintorescas sobre los chachapoyas: “Son los más blancos y agraciados de todos cuantos yo he observado en las Indias que he andado, y sus mujeres fueron tan hermosas que por serlo, y por su gentileza gran cantidad de ellas merecieron ser de los incas y ser llevadas a los templos del sol andan vestidas ellas y sus maridos con ropas de lana y por las cabezas solían ponerse llautos, que son señal que traen para ser conocidas en todas partes
¿Quiénes son los descendientes de la civilización perdida de Hiperbórea?
Los españoles que conquistan América definen a los chachapoyas blancos, rubios y de elevada estatura, por lo general, un palmo más que los mismos españoles. Los chachapoyas blancos recordaban la memoria de que sus antepasados provenían del Este, donde está la zona selvática del Amazonas y más allá el Atlántico. Entre las representaciones que han quedado escritas en diferentes edificios, podemos ver dibujos y figuras representaciones de barcos de grandes proporciones, lo que nos da a entender que los primeros chachapoyas, bien podían haber llegado desde Europa a América vía marítima. Siguiendo las corrientes oceánicas, desde el oeste de África habrían llegado incluso las costas de Sudamérica, para, remontando el curso del río Amazonas en barco, al final instalarse en las más frescas regiones andinas, evitando el calor tropical.

Los chachapoyas eran unos guerreros muy temidos. Utilizaban hondas como arma y eran maestros en el arte de la trepanación del cráneo, para aliviar la presión craneal, al igual que los celtas. igualmente coinciden con los celtas en que coleccionaban cabezas cortadas de sus adversarios. Construían viviendas de piedra redondas, con un circunferencia de entre 7 y 9 metros, viviendas idénticas a las celtas. Aun hoy pueden observarse las ruinas de las murallas de su imperio, muros enormes en elevaciones montañosas que recuerdan fortalezas europeas. Unas esculturas de rasgos indoeuropeos, encontradas entre barrancos en las montañas, son muy parecidas a las que encontramos más hacia el oeste, en el Océano Pacífico, en la isla de Pascua.

Cuando el conquistador español Orellana, remontando el río Amazonas, llegó a las cercanías de la actual Manaos, los indios de la zona le hablaban de unos hombres blancos, altos y rubios que vivían en ciudades más allá de la selva y que guardaban inmensos tesoros.

Más adelante, los conquistadores españoles, se encontraron con una delegación de unos hombres blancos rubios y altos, bien vestidos y de formas educadas, quienes preguntaron a los españoles sobre la intención que tenían. Los españoles les dijeron que buscaban convertir la zona al cristianismo y someterles a la corona de Castilla. Se despidieron y jamás más volvieron a encontrarlos. ¿Podían haber sido unos enviados chachapoyas, o tal vez de algún otro centro poblado por blancos?. ¿Cuál es el origen de los primeros chachapoyas blancos que llegaron a América demasiado anteriormente de la llegada de los españoles?. ¿Qué hacían en aquella región?.
¿Quiénes son los descendientes de la civilización perdida de Hiperbórea?
Si nos centramos en los actuales descendientes de los Chachapoyas blancos, vemos cómo entre ellos predominan incluso rasgos raciales nórdicos, cabellos rubios, ojos claros, piel blanca rosada o pecosa, pese a que el mestizaje amerindio se halle muy introducido.

Si bien, ateniéndonos a la cronica oficial, nos puede parecer un enigma, esto nos prueba que América fue conocida y habitada de muy antiguo por pueblos arios, quienes, tal vez, fueron los descendientes de los “divinidades blancos” creadores de los viejos imperios. Séis siglos anteriormente de Cristo, surge en el norte ario de la India el budismo.

Según diferentes estudiosos,  Buda fue un “iluminado”, un “ariya” que contestaba al nombre de Siddharta, un hombre de casta aria que se mantuvo fiel al código de honor y lealtad de los viejos hiperbóreos que antaño habitaban Thule, y que vino a denunciar la creciente degeneración del brahmanismo de su era.

El barón Julius Évola, esoterista,  ideólogo de la derecha italiana e  investigador del budismo, nos dice que, en su figura original, el budismo es de alma puramente ario y proporciona una visión anterior a la sociedad actual. Como vemos, es indiscutible que la ideología  nazi tiene su origen, además de en los viejos mitos y relatos nórdicos, en las lejanas tierras del Asia,  donde se hallan numerosas representaciones de esvásticas desde hace miles de años, y en las civilizaciones mágicas de la antigüedad. Es más, según la interesada interpretación nazi del budismo, éste propondría una clara división entre los arios (“iluminados”) y las diferentes razas, incapaces por sí mismas de alcanzar la autentica sabiduría y el conocimiento.

En el corazón del Asia, hallamos las montañas más altas del planeta y una inmensa meseta, el Tíbet, colocada a una media de más de cuatro mil metros de altitud encima del nivel del mar. La guerra mágica que movió los hilos de la cronica hizo que las relaciones entre la Alemania nazi y el Tíbet fueran más allá de la mera rutina diplomática.

Durante el Tercer Reich, Alemania mantuvo en el Tíbet diferentes delegados y observadores y la celebrada expedición SS de 1938-1939 realizó multitud de investigaciones sobre las más diversas cuestiones. Himmler trataba de verificar la teoría de que tras el hundimiento de la Atlántida, el Tíbet fue habitado por atlantes blancos y que en ese lugar del planeta incluso es guardado el conocimiento de los viejos y las entradas a su “reino subterráneo”.
¿Quiénes son los descendientes de la civilización perdida de Hiperbórea?
En el Tíbet se conserva el mito ario que habla de reinos ocultos, principalmente subterráneos, conocidos como Agartha o Shambhala. Existen creencias que confirman que Shambhala sería la capital del Reino de Agartha de la misma forma que Thule es la capital de Hiperbórea. Sir Edward Bulwer-Lytton, diplomático y miembro de la sociedad secreta Golden Dawn, escribió en 1871 una novela titulada “La casta futura”.

En esta obra se cuenta la aventura de una población (los Vril-ya) que emerge del reino subterráneo, en el cual se había exiliado tras un desastre en la superficie de la tierra, y que dispone de una fuente de energía denominada vril. En dicha novela además se menciona la guerra entre razas y se entiende a los residentes de ese planeta subterráneo como descendientes de los arios originales.

Según esta tradición extendida por toda Asia, este pueblo vive en el interior de la tierra y es superior, en todos los niveles, a los hombres de la superficie de la tierra. asimismo, se identifica con propósitos benéficos (aunque esto no queda muy claro debido a las aparentes relaciones de Shambhala con el régimen nazi) y estaría regido por el “Soberano del planeta”, siendo depositario de legendarias civilizaciones desaparecidas, como Hiperbórea, Lemuria, Mu y  Atlántida. René Guénon (Abd al-Wâhid Yahyâ), matemático, filósofo y metafísico francés,  convertido al Islam, en su creación ”El soberano del planeta” examinó las diversas creencias religiosas que confirman el plan de que las culturas posteriores tienen un origen ario. Por otra parte, para varios ocultistas, la esvástica es el gran signo del reino subterráneo, que sería recogido por las creencias iniciáticas orientales y occidentales, y, sobre todo, por el budismo y el hermetismo.

En esta interpretación, mencionado signo recrea la rotación del Cosmos alrededor a un centro fijo generador del movimiento. En esta misma línea se pronuncia  Helena Blavatsky, escritora, ocultista, teósofa rusa y  fundadora de la Sociedad Teosófica, y diferentes ideólogos que mostraron gran interés por Agartha y que despertaron el interés del nazismo. Durante el III Reich se enviaron diversas expediciones al Tíbet en busca de mencionado reino subterráneo y incluso hoy continúa ejerciendo una gran fascinación el documental “El incognito del Tíbet”, basado en una expedición nazi al Tíbet, que sigue siendo un indiscutible una declaración de unos años en que el Tíbet era un lugar desconocido para el resto del planeta.

El propósito original de estas expediciones fue muy similar al que motivó la supuesta expedición a Tiahuanaco, que se basaba en la creencia de que las montañas más altas del planeta podrían haber sido el refugio, tras el diluvio, de una casta aria primigenia proveniente de la Atlántida.
¿Quiénes son los descendientes de la civilización perdida de Hiperbórea?
Según el mito de Agartha, los arios primigenios habrían creado reinos subterráneos en los que seguirían conservando los misterios viejos. Esta idea vino avalada por el ingeniero ruso Ferdynand Ossendowski, quien, en su texto “Bestias, hombres, divinidades” explica cómo en su huída de los bolcheviques a través de Asia central, tuvo noticia del reino subterráneo de Agarthi, lugar en que se habrían refugiado los supervivientes de grandes continentes hundidos y que sería la sede de un Señor del Planeta.

El escritor alemán Edmund Kiss se encargaría de vincular el mito de Agartha con la cosmogonía glacial de Hörbiger,  el gran “guru” investigador del nazismo, quien ya apuntaba a una relación entre la Atlántida y el Tíbet.

La obra de Hanns Hörbiger es revolucionaria. La Cosmogonía Glacial (Glazial Kosmologie, 1913) es una visión de planeta absoluta y trascendente. Es una concepción del Cosmos, de la Tierra, de la vida y del alma que contesta, básicamente,  a tres interrogantes: ¿qué somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? Se sustenta sobre dos elementos en combate eterno: la lucha complementaria entre el Hielo y el Fuego, y entre las fuerzas de repulsión y atracción que se generan a partir de esta dinámica. Esta conflagración que rige a los espacios cósmicos y a los cuerpos celestes, rige asimismo a la Tierra y a toda la materia viviente del mundo, determinado de esta forma, los patrones cíclicos que se traducen en catastróficos procesos que han asolan al mundo, cuyo recuerdo ha sido transformado en mito y leyendas en diferentes regiones del planeta.

conforme a la Cosmogonía Glacial, en la espiral descrita por las órbitas planetarias de acuerdo a Hörbiger, Marte será próximamente atraído a la órbita terrestre para transformarse en su satélite. en cambio, su órbita será mayor y al fin, el mundo rojo se verá absorbido por la atracción del Sol. El paso de Marte significará una grandiosa destrucción de la Tierra, debido al aumento ostensible de la temperatura y a los considerables efectos gravitacionales. Tras un ciclo, la Tierra se transformará en un mundo de Hielo, que asimismo será atraído al Sol, al lado a diferentes cuerpos de naturaleza similar, los que se fundirán en la masa ígnea solar incluso que estalle, y de esta forma, todo el proceso cósmico se reiniciará una vez más.
¿Quiénes son los descendientes de la civilización perdida de Hiperbórea?
La expedición alemana al Tibet consiguió crear una actitud positiva respecto a la Alemania nazi por parte de los tibetanos. Bajo el lema del “Encuentro de la esvástica occidental con la oriental” consiguieron establecerse contactos políticos de alto nivel con el gobierno tibetano que se manifestaron, entre diferentes, en la declaración autorizada de amistad que Qutuqtu de Rva-sgren, el regente tibetano, puso por escrito a la atención del “notable señor Hitler, soberano de los alemanes, que ha conseguido hacerse con el poder encima del ancho planeta”.

igualmente en el documental se ve una larga cola de tibetanos que acuden a ofrecer regalos a “los primeros alemanes que son recibidos aquí”, lo que no es del todo cierto, ya que Schäfer había participado con anterioridad en dos expediciones al Tíbet realizadas por un equipo germano-estadounidense.

Nimrod del Rosario (llamado Luis Felipe Moyano) nació en Argentina y vivió en la Antártida más de un año. Elaboró un cuerpo de sabiduría gnóstica pretendiendo aclarar absolutamente todo lo que hay, existió y existirá. Practicó el tantrismo alquímico y utilizó terminología del psiquiatra suizo Jung, que se expone con su frase: “Donde Jung determinó, comencé yo“.

Cuenta la conspiración urdida por Schäfer en su expedición al Tíbet sirviendo a los intereses de Shambhala. Su expedición al Tíbet regresó con el Kangschur, un montón de sagradas escrituras tibetanas de 108 volúmenes. asimismo sus jefes, recibieron el ritual del Tantra Kalachakra. Mencionado ritual es la “iniciación suprema” del budismo tibetano. Esta iniciación vincula a Shambhala en el instante de la lucha final entre las fuerzas del bien y del mal.

Entre los nazis que se aventuraron por las altas regiones del Himalaya y el Tíbet, encontramos en lugar preferente a Heinrich Harrer, montañista, deportista, geógrafo y escritor austriaco, quien cuenta sus aventuras en su texto “Siete años en Tíbet”, en que se basa la película del mismo nombre. Harrer fue detenido el año 1939 en la India, justo al empezar la guerra y al final, tras varios intentos, consigue fugarse del campo de concentración donde estaba detenido por los ingleses alcanzando el Tíbet en mayo de 1944.

Debido a los delegados alemanes que permanecían en Lasha, Harrer pudo establecer contacto con las autoridades tibetanas, llegando a transformarse al final en instructor y hombre de confianza del Dalai Lama. Harrer pertenecía a la “Orden Negra” de las SS desde 1938 y era miembro delos “wandervogel” o “pájaros errantes”. Este era un movimiento juvenil que predicaba el retorno a la naturaleza y un estilo de vida alejado del entorno urbano, por lo que demasiados de sus miembros eran montañeros y escaladores.

Cuando los ingleses le detienen en la India, Harrer estaba al lado a diferentes camaradas en una expedición para alcanzar la cumbre del Nanga Parvat, una montaña del Himalaya, de 8126 metros de altitud, colocada en el actual Pakistán. Un año anteriormente, en 1938, cuando ya era un miembro SS, Harrer y diferentes tres escaladores del mismo cuerpo, ascendieron por primera vez la cumbre del Eiger (Suiza) por la rostro norte.

La aventura se entiende incluso la actualidad una hazaña del alpinismo. Durante los tres días que duró la ascensión Hitler estuvo informado de los progresos de la expedición y, tras su reluciente resultado, quiso conocer a los protagonistas. Aunque jamás se haya declarado oficialmente, se ha citado documentos desclasificados tras la guerra según los cuales en el búnker de Berlín se hallaron varios cuerpos con rasgos tibetanos, lo que vendría a probar que la relación con el Tibet tuvo gran importancia para el III Reich.
¿Quiénes son los descendientes de la civilización perdida de Hiperbórea?
La esvástica es el signo considerado por gran cantidad de expertos como el más antiguo de los empleados por los hombres. Está extendido por todo el mundo y es conocido su uso en civilizaciones como los indoarios, chinos, japoneses, hindúes, mongoles, celtas, aztecas, vascos y gran cantidad diferentes. Su concepto más antiguo es el del signo del sol nórdico y era objeto de culto y respeto, siendo signo de los arios.

Está vinculado al planeta mágico, espiritual y a los “divinidades cósmicos” como Shiva, dios indo-ario que poseía en sus representaciones inscrita la esvástica y que es portador de la misma energía universal que porta Odín o Wotan (llamado Odín en Escandinavia y Wotan en Germania).  La cruz gamada significa “la gran rueda del llegar a ser”, rueda que gira irresistiblemente sobre su propio centro inmutable marcando su destino, su manifestación espacio-temporal.

La esvástica “sinistrógira”, orientada hacia la izquierda, que es la que adoptaron los nazis, se dice que simboliza el camino de retorno hacia el origen, hacia Hiperbórea. Según Miguel Serrano la esvástica es un signo del sol nórdico de origen ario, post hiperbórico. Tras la desaparición de Hiperbórea y la desviación del eje terrestre, empezaron  las estaciones. Y los arios hiperbóreos aportan este signo de origen rúnico de la Runa Gibur, representando el sol promotor del Año Terrestre y del movimiento de las cuatro estaciones.

Así, los cuatro brazos de la esvástica representarían la primavera, el verano, el otoño, el invierno y su movimiento, desde el centro fijo e inmutable dentro del círculo del año. Según sea el lado a que se dirijan las prolongaciones de la Cruz, así será el movimiento de la esvástica. Los alfabetos rúnicos son un asociación de alfabetos que comparten el uso de unas letras llamadas runas, que se emplearon para escribir en las lenguas germánicas en la Antigüedad y la Edad Media, anteriormente y además durante la cristianización, principalmente en Escandinavia y las Islas Británicas, además de la Europa central y Oriental.

Según los esotéricos nazis, cuando se mueve hacia la derecha – esvástica dextrógira– se representaría la pérdida de la Edad Dorada, tras el hundimiento de Hiperbórea, con el desvío del eje terrestre. Según explica Miguel Serrano, esta esvástica dextrógira simboliza el éxodo o migración Polar de los semidivinos arios hiperbóreos y la variación del movimiento giratorio de la tierra sobre sí misma. Puede comprobarse esta variación en las conchas de caracoles marinos y de algunas piedras de gran antigüedad, encontradas en la Antártida, cuyas espirales están girando en dirección contraria a la rotación actual de la Tierra.

La esvástica “dextrógira” está girando en la dirección de las agujas del reloj y de la Tierra actual. La esvástica “levógira”, que eligieron los nazis como su signo, gira en dirección inversa a las manecillas del reloj y de la rotación de la Tierra actual. Esta esvástica “levógira” representa el vuelta a la remota Hiperbórea.

Entre las insolitos comportamientos nazis, se asevera que la guerra esotérica de Hítler fue hecha para conseguir el retorno a la Hiperbórea alienigena, con el fin de cambiar la faz de la Tierra. igualmente la religión Bo, del antiguo Tíbet, anterior al Budismo Mahayánico, poseía como emblema la esvástica “levógira”. Pero en cualquiera dirección que se represente la esvástica, es originalmente un signo rúnico de las villas nórdicos, con sus héroes de origen divino.
¿Quiénes son los descendientes de la civilización perdida de Hiperbórea?
El mismo dios Thor, “dios de la fragua y de los herreros”, representante por excelencia de la mitología nórdica, porta el martillo con la esvástica, con el que protege a los hijos del Sol Negro. Se hace notorio recordar la misteriosa celebración nazi del solsticio de verano, instante de la victoria de la luz del Sol sobre las tinieblas, o de “los hombres del sol sobre los de las tinieblas”.

Respecto al águila imperial nazi, Alfred Rosenberg, colaborador de Hitler y responsable de los territorios ocupados por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial,  afirmaba que los “aryas” situados en las más elevadas mesetas y regiones del Asia Central hicieron del “pájaro de las cumbres (el águila) el soberano de las montañas… aquél que puede mirar el Sol de frente, rostro a rostro…”. El Águila del Imperio, portadora del signo del imperio (la esvástica) y colocada encima del estandarte nazi alemán es el mismo signo que utilizaban las legiones romanas y las tropas napoleónicas.

El Emperador Juliano, el “último emperador romano”, tuvo una visión la noche anteriormente de morir a provoca de una herida de guerra en Persia: vio el Águila del Imperio de Roma (signo de Zeus-Júpiter) que volaba hacia Oriente, para refugiarse por casi dos milenios en las montañas más altas del planeta (el Himalaya). Transcurrido el tiempo indicado, el águila, volvía a Occidente portando el signo sagrado (la esvástica). Es este el contexto en el que debemos encontrar el concepto del águila nazi trayéndonos la esvástica desde las montañas más altas del planeta. De esta figura, los nazis pretendían ser los depositarios de la tradición imperial, reivindicando el derecho de ser legítimos herederos del Imperio Romano y del águila de Zeus-Júpiter.

Varios opinan que el alfabeto rúnico se desarrolló tomando como base el griego, pero diferentes expertos han encontrado evidencias de una redacción prerrúnica muy antigua que data de finales de la Edad de Hielo. El alfabeto rúnico tiene 24 letras y cada letra tiene en sí misma un concepto mágico y místico simultáneamente. El conocimiento de las runas lo consiguió Wotan (Odín) colgándose por nueve días en el árbol cósmico (Yggdrasil) e hiriéndose con una lanza en el costado, en lo que es una práctica iniciática nitidamente chamánica. Proyectadas en rituales mágicos, los viejos germanos dotaban a las runas de grandes poderes.
¿Quiénes son los descendientes de la civilización perdida de Hiperbórea?
Yggdrasil es un fresno perenne: el árbol de la vida, o fresno del cosmos, en la rica mitología nórdica. Sus raíces y ramas mantienen unidos los distintos mundos: Asgard, Midgard, Helheim, Niflheim, Muspellheim, Svartalfheim, Alfheim, Vanaheim y Jötunheim.

De su raíz emana la fuente que llena el pozo del conocimiento, custodiado por Mímir. A los pies del árbol estaba la deidad Heimdall que era el encargado de protegerlo de los ataques del dragón Níðhöggr y de una multitud de gusanos que trataban de corroer sus raíces y derrocar a las deidades a los que este representaba. Pero además contaba con la auxilio de las nornas que lo cuidaban regándolo con las aguas del pozo de Urd. Un puente unía el Yggdrasil con la morada de las deidades, el Bifröst, el arco iris, todos las deidades cruzaban por él para entrar en el Midgard.

Yggdrasil rezuma miel y cobija a un águila sin nombre que entre sus ojos tiene un halcón que se llama Veðrfölnir, a una ardilla llamada Ratatösk, a un dragón llamado Níðhöggr y a cuatro ciervos, Dáin, Dvalin, Duneyrr y Duraþrór. Cerca de sus raíces viven las nornas.
Tácito explicó en su creación “Germania” una práctica oracular basada en varas de madera con unos grabados que eran runas. Debidamente ritualizadas, las inscripciones rúnicas en espadas u diferentes objetos los dotaban de un poder excepcional.

Sobre las runas de las SS nazis, su origen se sitúa en los viejos guerreros germánicos, los cuales esculpían los signos rúnicos sagrados en la vaina de las espadas que utilizaban en el combate. Se les atribuía a estos signos un valor mágico de sabiduría, protección y poder, siendo grabadas además en los navíos y los zonas solemnes para dar seguridad y estabilidad al pueblo. Los SS se identificaban con estos guerreros germánicos teutones y con su mitología por ser guardianes ancestrales de la perdida Hiperbórea.
¿Quiénes son los descendientes de la civilización perdida de Hiperbórea?
El barón Sebottendorf, fundador de la Orden de Thule, que tanto influyó en la génesis del nazismo, estimaba que las runas constituían “el poder esotérico primigenio”. Rudolf J. Gorsleben, investigador próximo a la ideología nazi,  intentó volver a construir el saber espiritual de las runas y de sus poderes mágicos como conductoras de la energía que anima el cosmos entero e influye en el planeta material.

Según asevera,  las runas son el vínculo entre el macrocosmos y el microcosmos del hombre ario posibilitando la unión mística con Dios. igualmente considera que  la más sagrada de todas las runas sería Hagal, que se hallaría presente en el hexágono, la flor de lis de la heráldica y tambien en la pirámide de Keops, ya que la civilización aria primigenia había sobrevivido bajo diversas formas culturales. Gorsleben además afirmaba que las diferentes formas de cristalización mineral serían proyecciones sólidas y geométricas de las runas, su materialización cósmica.

Guido von List, que se dedicó al ensayo del concepto de sabiduría oculta relativa a los arios,  sufrió once meses de ceguera transitoria y afirmaba que durante esta era su ojo interior le hizo vislumbrar lo que el llamaba religión germánica y el origen de las runas, revelaciones a partir de las cuales intentó volver a construir la lengua aria primigenia que, según afirmaba,  dio lugar a todas las demás.

Afirmaba que este lenguaje es un lenguaje mágico en el cual cada palabra tiene un poder vinculado a un comienzo absoluto. List interpretó, por una parte las letras y sonidos de las runas y, por otra, las inscripciones y emblemas viejos y expuso sus resultados en “El incognito de las runas” (1907). El ocultismo rúnico surgido de este trabajo constituyó la principal clave del esoterismo de List, que consiguió notable popularidad a comienzos del siglo XX, sobre todo durante la Primera Guerra Mundial.

Karl María Wiligut, conocido en varios entornos nazis como el “Rasputín” de Himmler, aseguraba haber recibido sus conocimientos ocultistas de su abuelo. Para Wiligut las runas contienen en su código cifrado la cronica entera de la creación del hombre, originada en tiempos inmemoriales en los territorios del Polo Norte, que constituirían la antigua Hiperbórea. Allí había residido una casta etérea y luminosa de profundísima sabiduría que, en cambio, se habría ido degenerando con el tiempo. En el presente sólo los iniciados tienen acceso al enigmatico lenguaje de las runas, accesible a través de claves secretas.
¿Quiénes son los descendientes de la civilización perdida de Hiperbórea?
Himmler encargó a Wiligut el diseño de un anillo con el que honrar los méritos extraordinarios de los miembros más destacados de la SS, el llamado “anillo de la calavera”, que se entregaba acompañado de un certificado que describía tanto la ornamentación como su simbolismo. En este anillo, figuran la esvástica y tres signos rúnicos. cuyo concepto ha sido tomado casi literalmente de Guido von List:

La leyenda de la esvástica es “sé uno con Dios, el Eterno”; en la runa Hagal dice: “vela por el cosmos que hay en ti y dominaras el cosmos”; en la runa Sol figura: “el alma creador siempre vence”;  y en la doble runa Sig, ideada por el propio Wiligut, se señala lo siguiente: “la fuerza de tu alma te hace libre”.

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Por Sandra