El Asilo para Lunáticos Trans-Allegheny.
El Asilo para Lunáticos Trans-Allegheny, además conocido como el Hospital Estatal Weston, es un conocido hospital psiquiátrico abandonado que operó por más de un siglo; desde 1864 incluso 1994 y es conocido por las historias de apariciones que han tenido lugar no solo desde que se cerró y pasó a ser una atracción para turistas y aficionados de la exploración urbana; sino inclusive en los días que incluso operaba como sanatorio.
El hospital fue comisionado por la Asamblea General de Virginia, Estados Unidos, y su presupuesto inicial costaba cerca de 125,000 dólares en la era de 1850; siendo erigido en una extensión de 269 acres a lo largo del río West Fork, frente a la ciudad de Weston.
El eminente psiquiatra Thomas Kirkbride fue elegido como asesor para el plan, y la construcción y diseño del hospital recayó en el conocido arquitecto Richard Swoden Andrews; quien lo ideó como una estructura de aspecto gótico y en figura de V, de figura tal que a todas las habitaciones les diera el sol y el aire fresco proveniente del río West Fork. 
en cambio, con el inicio de la Guerra Civil Americana en 1861 y la división de Virginia en dos territorios, la construcción del hospital se paró del todo e inclusive el dinero del presupuesto fue robado de un banco en Weston por el coronel Erastus Bernard Tyler, al mano de la séptima división de infantería de Ohio. En total, se robó más de 27,000 dólares en monedas de oro de las bóvedas del banco de Weston. 
La división de Tyler no estuvo contenta con eso, además cogió control del hospital y se le transformó en el Campo Tyler; un puesto de avanzada de la Unión que servía como punto estratégico al estar cerca de varios caminos importantes. El ala sur del edificio se asignó como barracas, y el resto de la obra incompleta fue ocupado a forma de establo. 
En 1864, un asociación de asaltantes entró al hospital y robó toda la ropa y comida reservada para los primeros pacientes. 
Entre las ‘dolencias’ que se trataron en el asilo durante 1864 y 1889 se incluían la masturbación, la pereza, la bipolaridad, la infidelidad, la superstición y la «locura menstrual»; hoy conocida como síndrome premenstrual. 
Por lo precario del conocimiento sobre circunstancias psicológicas, fue fácil para algunas familias el deshacerse de sus integrantes no deseados bajo cualquier excusa; y no era raro que los asilos mentales sirvieran como un tiradero donde los indeseables eran arrojados para pudrirse por el resto de su vida. La cifra inicial de 250 pacientes prevista por Kirkbride y las autoridades del estado se disparó a 717 en 1880, escalando incluso más de dos mil a mediados de 1950.
Al edificio principal se le sumaron diferentes edificios como apoyo, incluido un invernadero para cultivar vegetales, un centro de geriatría para lidiar con sucesos de demencia, senilidad y Alzheimer; una cafetería, un pabellón de alta seguridad para los psicópatas y un centro médico que incluía una morgue y cuarto de autopsias. Pero de estos, el más infame es quizás el que se levantó para tratar tuberculosis, que en aquel tiempo corría rampante por Estados Unidos y exigía un aislamiento total para los enfermos.
La operación «picahielo».
Diagrama de una lobotomía con picahielo en la película «Sucker Punch». 
En 1952, un doctor de nombre Walter Freeman, determinó que el alto número de pacientes y la carencia de fondos y recursos para su manutención podía ser arreglada con algo que, si bien era gran cantidad controversial y tambien inhumano; representaba una salida fácil. 
Así, el doctor Walter propuso la operación «picahielo», una serie de lobotomías rápidas utilizando un punzón metálico, el cual era introducido por el ojo y golpeado con un pequeño mazo para llegar al cerebro y reducir las capacidades de los pacientes al dañar la masa encefálica. Debido a la presión impuesta por varias organizaciones médicas de Norteamérica, que aseguraban que el hospital estaba lleno de epilépticos, alcohólicos, drogadictos y «retrasados sin remedio»; el comité directivo del hospital autorizó a Walter. 
Así, Walter Freeman ejecutó más de 228 lobotomías en un lapso de dos semanas, incluso que la noticia se hizo pública y el hombre tuvo qué renunciar por la crueldad de sus procedimientos.
Para 1980, la población del hospital se redujo debido a los cambios en el tratamiento y clasificación de dolencias mentales. Los pacientes que eran agresivos o sencillamente no podían ser dirigidos, eran encerrados en jaulas. Esto continuó incluso 1985, cuando el gobernador Arch Moore anunció planes para construir una nueva institución psiquiátrica en el estado y convertir el hospital Weston en una prisión. 
Fue así que el hospital William R. Sharpe se inauguró en el mismo pueblo de Weston, y el viejo hospital fue cerrado en 1994. Existen planes para convertirlo en un museo, en un hotel o inclusive en un club country; mientras que el gobierno de Virginia del Oeste lo ha rentado a acontecimientos como ferias, congresos eclesiásticos y tours, siendo gran cantidad popular el tour embrujado al interior del hospital. 
Los fantasmas de Trans-Allegheny.
Imagen de los pacientes en Trans-Alle
gheny, cerca de 1940.
Pero como ocurre con todos los sitios donde han ocurrido tragedias y sufrimiento a gran escala, las historias de fantasmas en el Trans-Allegheny no son pocas. Y tambien en los últimos días que estuvo operativo, ya existían informes de apariciones de enfermeras, pacientes y doctores en los corredores; gemidos y llantos en las salas abandonadas, el ruido producido por un piano inexistente y tambien fantasmas de niños. 
Equipos de expertos paranormales, médiums, cadenas televisivas y exploradores urbanos coinciden en lo mismo: El hospital está atiborrado de los espíritus de todos los periodos de su cronica. Fantasmas de la guerra civil, en los uniformes azules de la unión, montan guardia en los pasillos; acompañados por sombras, el sonido de botas que marchan con paso fuerte, vapores y disparos de mosquetes y cañones; «Slewfoot», un conocido psicópata de inicio de siglo que acecha el baño donde se suicidó; el espectro de un asesino serial que ataca a quienes visitan las jaulas en el sótano; suicidas y reclusos que piden misericordia a gritos durante la noche, y el fantasma de una niña llamada Lily.
«No sé como explicarlo, pero Lily habla.»
El cuarto de Lily.
Hay un cuarto en el primer piso del hospital llamado «El Cuarto de Lily»; el cual está lleno de juguetes y vestidos dejados por visitantes y el personal que monta guardia en el Trans-Allegheny.
Dependiendo de con quien se hable, la cronica de Lily tiene varias versiones. se comenta que murió en el hospital tras haber sido abandonada por una mamá que jamás la quiso, diferentes que fue la hija de una paciente a la que violó un enfermero; varios más que era una niña sin hogar que fue adoptada por el personal del hospital. Pero todas las historias coinciden en que Lily murió de neumonía a los nueve años y fue enterrada en el hospital, donde su alma permanece.
Lily es gran cantidad activa; y se hace presente ante los visitantes y el personal al mover sus juguetes, hacer rodar una pelota, abrir y hacer sonar una caja de música y tambien ‘jugar’ con quienes deciden patear de vuelta la pelota; y su risa suena por los pasillos cuando está entretenida. 
Los guías del Trans-Allegheny insisten que el fantasma debe ser tratado con cariño y respeto, como si se tratara de una niña viva; porque al parecer que Lily recuerda y tiene aprecio hacia los visitantes frecuentes, interactuando con ellos de varias formas. Un investigador paranormal que había visitado el hospital en varias ocasiones, decidió contactar a Lily y preguntarle si lo recordaba, y que de ser así se hiciera presente. Lo que ocurrió después, fue que las luces de su linterna empezaron a parpadear cada que él tocaba la cajita musical, a lo que preguntó si era Lily quien hacía eso. La linterna parpadeó dos veces de figura rápida. 
Camilla en una habitación. 
En el año 2010, la psíquica Tammy Wilson del proyecto de televisión «Ghost Stories», supuestamente entabló comunicación con Lily y reveló diferentes elementos. La mamá de la niña, una doncella con un nombre que iniciaba con la letra «E», era la hija única de una prominente familia inglesa y fue llevada al hospital cuando ya estaba embarazada. A «E» se le manifestó que sus padres habían muerto en un incidente y no podrían vivir con ella, por lo cual pasó el resto de su vida al lado a Lily en el interior del hospital. 
Una investigación subsecuente declaró que los registros de 1920 contaban con la información de una doncella identificada como «E», la cual llegó al hospital estando embarazada y dio a luz a una niña. En el proyecto, la historiadora Shelley Bailey, contó su experiencia luego de dejarle una caja de galletas a Lily y escuchar como si ‘algo’ moviera las galletas en el interior de la caja. El equipo del proyecto captó un fenómeno de voz electrónica que «gracias por las galletas». Shelley y el equipo además jugaron con Lily, lanzando una pelota de plástico que aparentaba rebotar de la nada por cosmos de unos cuarenta y cinco minutos.

Por Sandra