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Las ánimas del castillo Leap.
Acceso al Castillo Leap.
En el condado irlandés de Offaly, cerca a la ciudad de Birr; se encuentra un paso estratégico que traspasa el rango montañoso de Slieve Bloom y permite el paso a la provincia de Munster. Desde épocas inmemoriales, ha sido un sitio disputado continuamente, siendo controlado en los 1200s por el clan O’Carroll y en el siglo XV pasó a ser propiedad del clan O’Bannon, quien construyó una fortaleza para defender el sitio a finales del siglo.
El nombre del castillo es «Lein Ui Bhanain», que se traduce como «Salto de los O’Bannons». El clan O’Carroll, que recobró la posesión del castillo en los 1600s, era una familia de pendencieros que solían realizar banquetes para sus adversarios bajo la promesa de una reconciliación; para despues masacrarlos sanguinariamente o envenenarlos mientras comían.
En el presente, a la fortaleza se le conoce como el castillo Leap, y puede ser visitado libremente desde la autopista R421, a unas millas al norte de la aldea de Roscrea. Por su rica cronica de asesinatos, caos y traición; no es de extrañarse que el castillo sea considerado el sitio más embrujado del planeta. En sus corredores, torres y salas hay demasiados espectros; entre los cuales se localizan una vengativa doncella vestida de rojo, esqueletos vivientes, monjes espectrales, poltergeists, niños fantasma y una aterradora criatura conocida como «El Elemental».
La Capilla Sangrienta.
El primer alma del que hablaremos en este momento es aquel del sacerdote de la Capilla Sangrienta. En 1532, el jefe del clan, Mulrooney O’Carroll; murió sin dejar un sucesor designado. Sus descendientes lucharon entre sí por el honor, lo que llevó al asesinato de uno de ellos; un sacerdote.
En un día fatídico, estaba dando misa en la planta alta de la torre cuando su hermano, conocido como Teige O’Carroll «El Tuerto»; entró corriendo y lo apuñaló en el pecho. Mortalmente, herido, el sacerdote colapsó sin vida encima del altar. desde aquel momento, el sitio ha sido conocido como «La Capilla Sangrienta».
Los visitantes al castillo dicen haber contemplado al sacerdote en un pequeño túnel a la izquierda de donde estuvo el altar en alguna ocasión; y en el área pueden escucharse ruidos insolitos y sonidos.
Emily y Charlotte.
Dos de los espíritus más activos (de acuerdo con el dueño de la propiedad, el músico Sean Ryan) de la propiedad, son dos niñas llamadas Charlotte y Emily. Se estima que vivieron en el castillo en los 1600s, y que sus muertes fueron igual de trágicas.
Las circunstancias exactas del fallecimiento de Charlotte son inciertas, pero se especula que puede haber contraído una dolencia fatal. Emily, por otro lado, cayó desde el muro sureste de la torre. Aparecen por las noches, soltando gritos que hielan la sangre; y en ocasiones son acompañadas por otra doncella fantasma a la que se le conoce como «La Gobernadora», y que ha sido vista cocinando en una olla en el primer piso.
La Dama de Rojo.
Subiendo la intensidad de las apariciones, es hora de hablar de la Dama de Rojo que aparece en la galería principal del castillo. La leyenda reza que fue asesinada al ser empujada de un balcón que da hacia la galería, cayendo varios metros y rompiéndose el cuello. Se expone como un espectro esquelético que empuña una daga y avanza flotando ominosamente por la galería.
El Oubliette.
Las ánimas del castillo Leap.
El Oubliette.
En 1922, durante la guerra civil irlandesa, gran parte del castillo fue quemado por el IRA. Durante la limpieza posterior y remodelación, se localizó un área conocida como el «Oubliette». La palabra, de origen francés, significa «olvidar».
El Oubliette se encuentra al fondo de un foso, en el cual hay una gran púa de metal que apunta hacia arriba. Aquellos desafortunados que fueron ejecutados por los sanguinarios clanes del castillo, caían en la pila incluso morir desangrados luego de varias horas. se comenta que para sacar todos los cuerpos del Oubliette, se necesitaron tres camiones.
El Elemental.
Las ánimas del castillo Leap.
Reconstrucción del «Elemental».
Pero de todos los espíritus que pueblan este lugar, quizás el más horrible de todos es aquél al que se le conoce como «El Elemental». Es un ente enigmatica que ha sido avistada por decenas de personas a lo largo de demasiados años.
se comenta que el castillo siempre estuvo habitado por un alma peligroso, que seguramente fue llamado por los druidas que habitaban el paso de las montañas siglos anteriormente de la construcción del castillo, con el fin de defender su sitio sagrado. Otra hipotesis apunta a que fue puesto ahí por una fuerza invasora que buscaba destruir el castillo desde adentro, y se menciona que el culpable fue el conde de Kildare; un conocido practicante de magia negra que intentó capturar Leap en varias ocasiones.
Las leyendas locales dicen que el Elemental es el alma corrupto de un ancestro del clan O’Carroll; el cual falleció en el castillo luego de una larga agonía por la lepra; lo que le da esas propiedades de descomposición facial y la peste que rodea al alma.
Pero la cronica más aceptada es la de Mildred Darby.
Mildred era esposa de un propietario del castillo a comienzos del siglo XX que poseía un vasto interés en lo escondido y la magia negra. Se estima que una combinación de sus sesiones espiritistas y el descubrimiento del Oubliette fue la culpable de que el espectro del Elemental apareciera, porque poco después de la limpieza fue que Mildred tuvo un encuentro terrorífico con este ser.
No se sabe qué pueda ser, pero sí se tiene una idea de que solo se expone cuando la gente lo provoca. Mildred Darby y varios aventureros y amantes de lo asombroso han sido no solo declarantes de su aparición; si no que han recibido ataques del Elemental.
El relato de Mildred Darby:
Las ánimas del castillo Leap.
«Dos manos me tomaron de los hombros. Giré abruptamente y vi, tan nítido como una persona real, a una ‘Cosa’ gris a unos cuantos pies de mí. Poseía los brazos alzados, como si quisiera maldecirme. Y no podría usar palabras para explicar qué terrible era esta Cosa, su incongruencia física era enorme. Poseía la figura de un hombre pequeño, con dos grandes agujeros negros en lugar de ojos y rasgos como los de un muerto… Y toda esta cosa estaba sucia y cubierta de pelo similar al algodón. ¡Pero Oh, siniestro, repulsivo y demoniaco! Mis amigos que son diestros en lo escondido dicen que es lo que se conoce como un ‘Elemental’.
La cosa era del tamaño de una oveja, delgada, demacrada y oscura. Su cara era inhumano, lleno de vileza y grandes fosos negros en lugar de ojos; con labios abiertos y babosos, y saliva escurriéndole por la quijada. No poseía nariz, solo cavidades cavernosas en medio de ese cara uniformemente gris. Sus manos terminaban en zarpas y lo rodeaba una peste que ofendía la nariz. El olor de la muerte, llenándome de náusea.
Me di cuenta de que el cuerpo de la criatura era vaporoso, indefinido y semitransparente. Podía ver el marco de la galería y la pared a través de él.»

 

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Por Sandra