Hoy en vamos a estudiar algunos de los hallazgos más polémicos de la historia de la arqueología y la antropología, hallazgos que desde luego, de hacerse públicos a nivel masivo, sin duda obligarían a replantear algunos paradigmas de la historia los homínidos y los seres humanos. Las anomalías a las que hacemos referencia en este artículo se basan en la posibilidad de que en la antigüedad, hace miles de años, se utilizasen tecnologías que hoy solo podríamos denominar como “munición y balas”, similares a las usadas en las armas de fuego que se usan a día de hoy para la caza de animales. Empezamos.

1. El primer caso fue dado a conocer por Erich Von Daniken en su libro El mensaje de los Dioses  en donde aparecía la mención al posible agujero de bala en el cráneo de un bisonte en el Museo de Paleontología de Moscú en 1968.

El cráneo del bisonte con el supuesto agujero de bala.

Este cráneo según los expertos pertenecía a un animal originario de Yakuzia, Siberia Oriental y vivió entre los años -30.000 y -70.000 a.C. Destaca por supuesto que el agujero presenta una esfericidad excesivamente alta como para tratarse de una herida provocada por una rama, una roca o un animal. Las características que presenta el informe balístico es el de un impacto certero de un material más duro que el hierro. ¿Pero quién podría herir a un animal con tal precisión hace 30.000 años? Algunas teorías apuntan al improbable caso de que al pobre animal le hubiese caido un meteorito justo en la cabeza. Casi imposible a nivel de probabilidad, sobre todo porque sería un impacto de uno entre centenares de miles de millones de posibilidades.

Detalle del agujero

Es evidente que los homínidos que pudiesen deambular por Siberia hace 30.000 años no disponían de tecnología para crear pistolas, cañones o ir siquiera má allá de un palo y una piedra lasca algo trabajada en su punta. El agujero es perfectamente regular, sin grietas, debió impactar a gran velocidad, con una entrada limpia.

¿Quién disparó a bocajarro a un bisonte hace 30.000 años?

El cráneo de Broken Hill

Uno de los casos más conocidos y misteriosos fue el denominado Hombre de Broken Hill, en recuerdo del lugar en que fue hallado el cráneo de un homínido (Broken Hill, al norte de Zambia).

Cráneo de Broken Hill con un aparente agujero de bala

El cráneo fue descubierto en 1921 por unos trabajadores de una mina de zinc que se preparaban para una actividad de barrenado de unos terrenos colindantes a la colinma de Broken en la actual ciudad e Kabwe. En medio de todas las prospecciones, uno de los operarios se percató de la existencia de una pequeña gruta en una de las galerías que conducía a la entrada de una caverna que estaba llena de restos humanos dispuestos en una posición similar a la utilizada en enterramientos rituales del periodo prehistórico.

Gran parte de los restos se perdieron en el desalojo de la cueva, pero quedó este cráneo catalogado como el de un Homo Heidelbergensis, con un gran tamaño. El volumen craneal era tal que se llegó a pensar que aquel pudiera haber sufrido acromegalia o hidrocefalia, enfermedades hereditarias relacionadas con un volumen muy alto de capacidad craneal en metros cúbicos. El cráneo parecía presentar, en este caso sí, un orificio de entrada y otro de salida en el hueso temporal izquierdo.

Entrada visible del cráneo

Se pensó en la trepanación y extirpación ritual del cerebro por parte de la tribu encargada del enterramiento pero algo no encajaba, los agujeros eran simétricos y demasiado perfectos como para haber sido tallados por rudas herramientas. Simple y llanamente parecía un agujero del calibre 33 entrando y saliendo de un homínido, algo totalmente imposible…pero real.

Otro detalle interesantísimo venía del estudio del agujero de salida, que era más grande de lo previsto en un primer momento y estaba ubicado en el hueso occipital. Y para terminar de detallar el increíble hallazgo, resultó que el doctor Jack Cuozzo, experto en balística, determinó que el primer agujero era más grande en su parte interior que en su parte exterior, exactamente lo que se esperaría de un agujero de bala a bocajarro.

Impresionante toma de la supuesta trayectoria de la bala

Una de las cosas que más llamaban la atención sobre este caso es que la antigüedad del cráneo estaba totalmente fuera de toda duda en el ámbito científico: como mínimo, alrededor de los 10.000 años de antigüedad en un primer momento. Lo cierto es que gracias a técnicas de datación más sofisticadas, se estableció la edad oficial de los restos, ni más ni menos que en 125.000 años siendo propio de una subespecie de neanderthales.

El segundo cráneo que confirmaba la edad del primero

En aquella zona, no solo se encontró ese ejemplar. La comunidad científica se sorprendió cuando en 1953 en Saldanha Bay, Hopefield, Sudáfrica, se encontró un segundo cráneo de un humanoide similar al de Broken Hill, junto a primitivas herramientas y restos de animales. La edad del cráneo y los estratos de roca, en este caso, sí permitieron un análisis más detallado de su edad, estimada, ni más ni menos que entre los doscientos mil y los cuatrocientos mil años. Si ambos cráneos eran idénticos y contemporáneos, ¿quién pudo disparar hace 400.000 años?

La polémica del cráneo de Moia

En este caso, vamos a un pequeño pueblo barcelonés llamado Moià, en donde pudo encontrarse un ejemplar de Hombre de Cromagnon que vivió en la zona hace 10.000 años, en las cuevas de Toixoneres. El esqueleto se encontraba en condiciones óptimas para el estudio e incluso pudo determinarse que estaba aquejado de osteoporosis y artrosis reumática aguda generalizada. Pero más allá del propio interés del hallazgo, es interesantísimo encontrar una perforación circular en el hueso frontal del cráneo, algo que nos hace pensar en los anteriosres casos. Evidentemente, ya hace 10.000 años había utensilios algo menos primitivos, pero llama la atención la inexistencia de astillado o fractura del hueso frontal, amén de la esfericidad del agujero de entrada. Se descartó la trepanación, tanto por la situación del agujero como por su diámetro.

El cráneo de Moia

La teoría oficial es que una fuerte infección dental creó una sinusitis tan fuerte como para crear una perforación en el hueso frontal.  Peor lo curioso es que los expertos también exponen que aquel hombre de Cromagnon aguantó bien la enfermedad y que su causa de defunción no fue esa. Y aquí llega el gran misterio de este cráneo, porque es harto improbable que una sinusitis perfore el cráneo de un individuo sin afectar los huesos de la nariz o la zona de las encías, amén de crear una crisis de fiebre prácticamente imposible de superar. Y aquel hombre seguía vivo, luego no pudo ser ese agujero causado por una sinusitis.

Otro detalle increíble es la curvatura hacia adentro del agujero y una inclinación en la vía de entrada. La regularidad, la esfericidad y el hecho de que la hendidura comienza desde el exterior al interior y no al contrario nos enlaza con los anteriores casos de cráneos con posibles agujeros de bala… en un momento imposible de la historia.

Misterios y Conspiraciones

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Por Sandra